El sector externo mexicano registró en el año 2015 su primera contracción desde el 2009, año en que se registró la peor parte de la crisis financiera internacional. La suma de exportaciones más importaciones cayó en 2015 en un 3.6%, producto de una disminución de las exportaciones de 4.1% y una contracción de las importaciones de 3.0 por ciento. Esta evolución contrasta con el aumento de 5.3% que tuvo el comercio exterior mexicano en 2014.
Se pudiera pensar que lo sucedido en 2015 fue coyuntural, pero el problema es que hasta ahora no se visualiza que en el 2016 vaya a haber un repunte en nuestro comercio internacional, sino que por el contrario, todo indica a que la caída se profundizará. Y es que de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el comercio exterior de México inició este año con una fuerte contracción porque en el primer mes las exportaciones totales cayeron 7.6% anualizado, mientras que las importaciones retrocedieron 6.2%.
Cabe señalar que en el periodo de enero de 2014 al mismo mes de 2015 las exportaciones totales de México habían caído 1.8% en su comparativo anual, mientras que las importaciones se contrajeron 1.4%, por lo que no cabe duda que la desaceleración del comercio exterior mexicano en el arranque del 2016 es bastante más fuerte.
Se podría suponer que esta contracción en las exportaciones e importaciones de México se debe a la caída en el precio del petróleo y de algunos derivados del mismo, pero la realidad es que inclusive el sector manufacturero registra retrocesos relevantes. En el comparativo de enero de 2016 respecto a 2015, las exportaciones manufactureras registran una caída de 3.9%, mientras que las importaciones de esta rama industrial muestran un retroceso de 2.9 por ciento.
Si bien la información de un solo mes no es suficiente como para indicar una tendencia para lo que resta del 2016, el contexto económico mundial si nos hace suponer que habrá dificultades en materia de comercio exterior para muchas empresas manufactureras. Y es que este es el resultado natural cuando vemos que la economía de Estados Unidos, destino del 81.1% de nuestras exportaciones en 2015, creció en el cuarto trimestre de 2015 a una tasa de apenas 1.4 por ciento.
Además de esto, la expectativa de crecimiento para la economía mundial es en el mejor de los casos de 3% para 2016, porcentaje similar al registrado en 2015.
Se debe señalar que este fenómeno de ralentización en el comercio internacional le está sucediendo a muchas naciones a lo largo y ancho del planeta, ¿pero qué es lo que la está causando? Existen diversas razones, las cuales van desde una debilidad de la demanda agregada, la cual no se ha podido recuperar del todo después de la crisis financiera de 2008 – 2009; una menor elasticidad – ingreso de las importaciones (los incrementos en el ingreso disponible de las personas ocasionan incrementos menos que proporcionales en las importaciones); la evolución de las cadenas de valor, muchas de las cuales ya están consolidadas; incrementos en el proteccionismo (de acuerdo con el Banco Mundial, después de 2009 los países miembros del G20 han puesto al menos 228 medidas de restricción al comercio); entre otros.
Pero regresando a lo que sucede con México, algo que llama fuertemente la atención es que no obstante la caída en nuestro comercio exterior, nuestras importaciones provenientes de China siguen aumentando y nuestras exportaciones continúan cayendo. En enero de 2014 exportamos a China 532.4 millones de dólares (mdd), para enero de 2015 la cantidad bajó a apenas 370.1 mdd y para enero 2016 son solo 343.5 mdd, esto implica una caída acumulada de 2014 a 2016 de 35.5%; pero por otra parte nuestras importaciones de mercancías provenientes de dicha nación no dejan de crecer. En enero de 2014 importamos de China4,918.8 mdd, para enero de 2015 fueron 5,073.1 mdd y en enero de 2016 son 5,122.9 mdd, esto es un aumento acumulado de 2014 a 2016 de 4.2 por ciento. Es evolución ha provocado que nuestro déficit en la balanza comercial con China pasara de -4,386.4 mdd en enero de 2014 a -4,779.5 mdd en enero de 2016.
Ante estos datos vale la pena preguntarse ¿Dónde quedaron los compromisos entre Xi Jinping y Enrique Peña Nieto en el sentido de que se trabajaría para buscar un comercio más equilibrado entre México y China? Desde luego que en el olvido.
Es importante señalar que si no existiera un extendido problema de subvaluación de mercancías chinas, al ser importadas por las aduanasmexicanas, el déficit comercial con dicha nación sería considerablemente más grande. No podemos saber qué tanto más grande pero pudiera ser de hasta el doble.
Aquí la gran pregunta es ¿Qué podemos hacer para revertir esta situación en el comercio exterior mexicano? Desde luego que la promoción internacional es fundamental, pero esto es algo que el gobierno federal de nuestro país no entiende y al parecer los Legisladores tampoco, y muestra de ello es que para el Presupuesto de Egresos 2016 le recortaron en 40% su presupuesto a Proméxico, que es el principal organismo público que busca la internacionalización de las empresas mexicanas.
Es cierto que Proméxico ha estado en el “ojo del huracán” en medio de acusaciones de amiguismo hacía su director, Francisco González. Pero en lugar de haber recortado de esa manera su presupuesto, pudieron haber hecho algo más inteligente como reestructurar la dependencia y los ahorros generados en gasto corriente canalizarlos para apoyos directos a empresas que buscan participar en ferias y misiones internacionales.
Como lo he señalado en otras entregas, es una pena que ahora que tenemos un tipo de cambio competitivo, no lo estemos aprovechando para conquistar nuevos mercados y así generar mayor crecimiento económico. Y es entonces por esta razón que las empresas deben acercarse a sus cámaras empresariales y conocer que programas de fomento al comercio exterior existen desde la iniciativa privada y/o gestionados con apoyos de los gobiernos de los estados.
Un ejemplo de lo anterior es lo que sucede con la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG), la cual ofrece diversos cursos a los empresarios como “El ABC de la exportación” y está a punto de iniciar la prueba piloto para certificar empresas exportadoras a través del programa “Mexican Shoes Quality Export”.
Este par de ejemplos de programas de fomento al comercio exterior son ilustrativos de cómo se puede apoyar la actividad exportadora aun en la ausencia de apoyos por parte del gobierno federal, pero si con recursos de las propias empresas y del Gobierno del Estado de Guanajuato.
A manera de conclusión podemos señalar que México atraviesa una coyuntura importante en materia de comercio exterior. Si nos quedamos cruzados de brazos veremos como este año nuestro comercio internacional cae otro 5%, pero si aprovechamos la coyuntura por la competitividad que nos ha dado el tipo de cambio, así como la transformación que está sufriendo la economía china dándole una mayor relevancia a su sector servicios, entonces podremos comenzar a posicionarnos como una verdadera potencia manufacturera a nivel global.
Finalmente, quiero insistir en que también es importante que se hagan ajustes presupuestales de manera que se le doten mayores recursos a Proméxico y también para el Programa para la Productividad y Competitividad Industrial (PPCI), el cual apoya a las empresas para la adquisición de maquinaria y equipo que las vuelva más competitivas. Las Secretarías de Hacienda y de Economía pueden hacer esa reingeniería en su gasto para apoyar a las empresas nacionales y así tener tasas de crecimiento más elevadas. Esperemos que lo tomen en cuenta.
Fuente: El Financiero