México analizará demandar a EU si cierra su frontera: Secretaría de Economía

La secretaria de Economía, Graciela Márquez, aseguró que en este momento la afectación más importante es a vegetales frescos en zona noroeste de México.

México analizaría la posibilidad de recurrir a un panel de solución de controversias si Estados Unidos cierra su frontera, afirmó Graciela Márquez, secretaria de Economía.

En conferencia de prensa, junto con Roberto Azevedo, director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Márquez argumento que hasta ahora Estados Unidos ha tomado medidas administrativas, como el cierre del cruce fronterizo de Nogales, un punto por donde se exporta el 70% de los vegetales desde México al país vecino del norte.

La funcionaria federal expuso que por esta relevancia el gobierno de México pidió y logró que los horarios de la aduana de Nogales se ampliarán en el resto de los días.

También el gobierno de Estados Unidos redujo desde el pasado 1 de abril de 10 a 8 los carriles de procesamiento comercial de la Garita de Otay Mesa, que hace frontera en Tijuana.

En ambos casos, estas decisiones obedecen a que funcionarios aduanales con funciones de despacho de mercancías fueron redirigidos a funciones migratorias en otros puntos de la frontera.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) informó este miércoles que la reasignación temporal de hasta 750 oficiales, que se desplegaron en áreas gravemente afectadas, “no ha alterado las prioridades de seguridad fronteriza y de facilitación del comercio”

Márquez dijo que esta acciones no permiten iniciar una controversia comercial con Estados Unidos, un aspecto que cobraría otra dimensión si el presidente Donald Trump decidiera cerrar la frontera de su país con México.

Añadió que en este momento la afectación más importante es a vegetales frescos en zona noroeste de México, y concluyó que si se afecta a los exportadores agrícolas mexicanos, también se afecta a los consumidores estadounidenses, quienes podrían no ver productos del campo en los anaqueles de las tiendas.

Fuente: El Economista