Por cuarto año consecutivo, el valor de las exportaciones latinoamericanas está a la baja. Los envíos al exterior se contraerán un 14% este 2015, de acuerdo a las proyecciones recientes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Debido a las fuertes caídas de los precios de las materias primas y a la menor demanda internacional por los productos de la región, desde 2012 hasta hoy se han registrado las peores cifras para las exportaciones regionales de los últimos 80 años.
“No es un buen pronóstico para 2016”, señala el argentino Mario Cimoli, oficial a cargo de la División de Comercio Internacional e Integración de CEPAL, sobre la coyuntura actual. El escenario global afecta a América Latina y a los países emergentes. La región depende de la caída de los precios internacionales, porque China no crece al mismo ritmo, pero también de otros factores externos, como la baja demanda europea, que tiene el 30% del comercio global. “Si Europa y China no absorben, Estados Unidos puede, pero no por mucho, y los emergentes se contraen, todo esto vuelve a afectar a los emergentes. Y en la segunda vuelta, vuelve a afectar a los europeos y a los demás. Por eso se habla de un sesgo recesivo mundial”, explica Cimoli.
Esta situación externa se une a un hecho clave: los países latinoamericanos no hicieron suficientemente los deberes y desaprovecharon aquellos tiempos marcados por la bonanza de los precios de los productos primarios gracias al crecimiento de China. La industrialización en América Latina está poco diversificada: la región no ha hecho un cambio en su estructura productiva, basada sobre todo en la explotación de los recursos naturales. El gasto es insuficiente en investigación y desarrollo, falta inversión en infraestructura y nuevas tecnologías, la región tiene un modelo de incentivo débil hacia las carreras técnicas y una política de pymes que avanza lentamente.
“Efectivamente, los latinoamericanos no hicieron la tarea de la diversificación, pero también los europeos no hicieron la tarea de absorber lo que la demanda global necesitaba”. El experto da un ejemplo: “Alemania quiere exportar mucho hacia Europa y absorbe poco y Europa quiere exportar mucho hacia el mundo y absorbe poco, porque está en recesión. Es decir, Europa es al mundo lo que Alemania es a Europa”.
En un escenario en que la demanda efectiva global no crece, en que existe exceso de capacidad productiva y stocks financieros acumulados que no van a la producción, y un aumento de la deuda, “la subida de la tasa de interés de Estados Unidos va a hacer que el flujo de los capitales de los países emergentes vayan a ese país”. “En ese contexto, los superavitarios no absorberán y los que están ajustando van a tener que ajustar más”, explica Cimoli. De acuerdo a la CEPAL y según ha señalado su Secretaria Ejecutiva, Alicia Bárcena, es urgente implementar una gobernanza internacional para activar la demanda efectiva de todas las regiones del planeta. “Y esto pasa por una política fiscal global y coordinada. Si no se hace esto, cada país y cada bloque va a querer sacar tajadas, pero la tajada de cada uno en el contexto global va a ser negativa”, indica Cimoli.
Para el investigador, América Latina se encuentra entonces en una encrucijada: “El comercio es un actor fundamental pero, junto con ello, se necesitan implementar políticas tecnológicas y de diversificación, entre otras. Un aspecto importante es que el comercio dentro de la región debe instalarse como un factor clave para que América Latina pueda tener un peso. Todos juntos pueden llegar a algo, pero cada uno por su cuenta, va a ser más difícil”.
La caída en el valor de las exportaciones y el deterioro de los términos de intercambio se presentará con mayor profundidad en los países y subregiones exportadoras de petróleo y sus derivados y de materias primas. Venezuela tendrá una contracción en sus envíos del 41%, Bolivia del 30%, Colombia del 29%, Ecuador del 25%, el Caribe del 22%, Perú del 16%, Argentina y Chile del 17%, Brasil del 15, Paraguay del 14% y Uruguay del 12%.
En México y América Central, sin embargo, se espera una disminución de un 4%, lo que se explica sobre todo por su patrón exportador. La demanda de Estados Unidos, su principal destino, ha sido más dinámica que la de otras regiones. Por otra parte, las exportaciones mexicanas y centroamericanas tienen un alto componente de manufacturas que no han sufrido caídas de precios tan abruptas como las de las materias primas.
Fuente: El País