El avance tecnológico ha rebasado a las aduanas en el mundo. Dos nuevos retos en el comercio internacional “ponen de cabeza” a las autoridades en la materia: el creciente intercambio de bienes intangibles y el imparable comercio electrónico (e-commerce).
En cuanto a este último, se prevé que en los próximos años continúe mostrando crecimientos de doble dígito. Tan sólo en 2014 esta actividad sumó un valor cercano a los mil 336 millones de dólares (mdd) y se estima que para 2021 llegue a los cuatro mil 878 mdd, de acuerdo con datos ofrecidos por Ricardo Treviño, Secretario General Adjunto de la Organización Mundial de Aduanas (OMA).
Asimismo, en la participación dentro del comercio internacional, el e-commerce tendrá un 15.7% de este mercado en 2020 y 17.5% en 2021, una tendencia que no muestra signos de debilitamiento a pesar de la caída que ha sufrido el intercambio de mercancías en los años recientes.
“Es un tema complicado porque es parte precisamente de los temas empantanados en la OMC (Organización Mundial del Comercio) en los temas de política”, dijo Treviño durante su participación en el LXXX Congreso de Agentes Aduanales de la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de la República Mexicana (CAAAREM).
El ex titular de la Administración General de Aduanas en México, puesto que ocupó en la administración federal pasada, reconoció que la OMC lleva cerca de 11 años platicando y negociando estándares para el comercio electrónico “sin ningún avance importante”.
Sin embargo, recordó que la OMA publicó el año pasado una serie de estándares globales destinados a las administraciones de aduanas con el objetivo de ser “soluciones pragmáticas, justas e innovadoras”.
En este sentido, el reto que tienen que enfrentar actualmente las autoridades aduaneras es el intercambio de información. “Estamos viendo que el comercio electrónico ha sido un fenómeno que pone en verdad a prueba la capacidad de las administraciones aduaneras, llegan millones de paquetes pequeños, medianos y grandes, y no hay capacidad física para realmente controlar este tipo de operación”, dijo.
Ante este fenómeno, Treviño fue enfático en que las autoridades aduaneras tienen que trabajar en perfeccionar sus modelos de riesgo, es decir, en recibir información anticipada –cuando una mercancía adquirida en alguna plataforma digital sale de un país con destino a otro- para poder alimentar precisamente estos modelos y, a su vez, trabajar con los actores del comercio electrónico para que apoyen en la proveeduría de esa información.
Esta situación podría tener complicaciones en el momento en que cada vez más actores se suman al e-commerce transfronterizo sin tener mucha experiencia en el ámbito del comercio internacional.
Así mismo, la OMA ha encontrado otro obstáculo en este sentido, ya que las dos potencias mundiales en comercio electrónico, China y Estados Unidos, llevan a cabo dos modelos distintos: en el primero de ellos es el propio gobierno quien controla toda la información y esto mismo facilita la operación para la aduana; el otro presenta un nivel importante de protección de datos y de información.
“Tenemos dos modelos muy contradictorios muy importantes y eso ha sido lo que ha empantanado un poco estas negociaciones, sobre todo en la OMC, pero que en la OMA hemos podido avanzar y buscar consensos”, dijo.
Intangibles
El otro reto para las autoridades aduaneras es el intercambio de bienes intangibles, una situación que se ha incrementado a partir de la evolución de la impresión 3D en donde ya no hay un flujo físico de bienes por la aduana, sino que todo es de manera digital.
“En ese sentido existe el reto de cómo vamos a empezar a controlar, cuál va a ser el rol de las aduanas en el futuro si el comercio internacional empieza a migrar hacia los intangibles, cómo vamos nosotros a desarrollarnos como autoridad aduanera”, dijo.
Indicó que se tiene que pensar en algún tipo de unidad especializada en materia de ciencia de datos y en materia de intercambio digital que lleve al que el rol de las aduanas tenga que evolucionar hacia este sentido y, en medio de ello, fortalecer la coordinación con las autoridades de impuestos internos y la coordinación con las unidades de inteligencia financiera, con el objeto de poder dar seguimiento con los flujos que se llevan a cabo por el intercambio de bienes intangibles.
“Y aquí hay dos grandes retos, uno es el tema recaudatorio, por supuesto, pero el otro es el tema de seguridad y de combate al comercio ilegal en donde tenemos que estar protegiendo también como parte de las funciones aduaneras todo el tema de derechos de propiedad entre otras cuestiones”, según Ricardo Treviño.
Fuente: T21