Dejando a un lado las operaciones de compras y aprovisionamiento, la logística de distribución de productos se pone en marcha al conocer cuáles son las necesidades, gustos y expectativas de sus clientes potenciales, un paso antes de recibir los pedidos por parte de los consumidores.
La trayectoria de las diferentes funciones que intervienen en este proceso indica las áreas donde es posible mejorar la eficiencia, reducir costes, ajustar tiempos o aumentar la calidad. En otras palabras, analizando cada una de ellas se pueden detectar las oportunidades de optimización.
El camino a recorrer puede dividirse en siete etapas:
- Estimación de la demanda.
- Gestión de las órdenes de compra.
- Gestión de almacén.
- Empaquetado y embalaje.
- Elección del medio de transporte.
- Selección de los canales de distribución y ubicación de los centros de distribución y/o plataformas logísticas.
- Procesamiento de cobros.
La forma de actuar se inspira en los principios del lean management que tiene sus raíces en el modo de fabricación Toyota y establece que hay que:
- Identificar los desechos.
- Eliminarlos.
- Rediseñar los procesos ajustándolos al máximo.
- -Medir los resultados obtenidos.
- Ajustar y seguir midiendo con la vista puesta en la mejora continua.
Cómo optimizar la logística de distribución de productos en la práctica
En la práctica, para optimizar la logística de distribución de productos hay que tratar de:
Minimizar o eliminar los tiempos muertos, los retrasos, el uso de almacén, el stock y todo lo que forme parte del proceso de distribución pero no aporte valor o sea prescindible.
Invertir tiempo en hacer una buena planificación que permita determinar cuál es el mejor medio de transporte, o combinación de ellos, qué canales de distribución tienen mayor potencial, en qué zona se debe ubicar un centro logístico para reducir costes.
Aprender de la experiencia para perfeccionar los procedimientos aplicables tanto al empaquetado, etiquetado y embalaje, como a la gestión de cobros y de órdenes de pedido. Se trata de automatizar y sistematizar al máximo estas funciones para minimizar errores y aumentar la eficacia.
Establecer indicadores de gestión que permitan obtener métricas que hagan posible el análisis de oportunidades y amenazas, perfeccionando el conocimiento de la demanda y previniendo la pérdida de posición de mercado ocasionada por el avance de la competencia o la disminución del rendimiento interno.
El verdadero reto de la logística de distribución
La mayoría de las organizaciones tratan de gestionar las cadenas de suministro complejas mediante la implementación de herramientas tecnológicas costosas, la contratación de consultores especializados para el proceso de reingeniería de negocios, o la implementación de marcos de análisis avanzados.
Por separado, ninguna de estas soluciones es capaz de proveer de la efectividad y el ahorro necesarios para desmarcarse de la competencia en el entorno de mercado actual. Sin embargo, una mezcla inteligente de procesos, análisis y tecnología consiguen simplificar las redes de logística, mitigar el riesgo y optimizar los costes asociados. Este enfoque se puede resolver de la siguiente forma:
1. Diseño y desarrollo de procesos:
- Desarrollar una visión detallada de las actividades del proceso de distribución.
- Definir indicadores los indicadores clave de gestión del rendimiento.
- Identificar las causas de la relación coste – rendimiento excepcional.
- Practicar análisis comparativos contra los estándares de la industria para la gestión de costes, a fin de comprender las brechas de rendimiento actuales.
- Implementar las mejores prácticas para mejorar los costos y mantener el rendimiento de los procesos.
2. Análisis:
- Escenarios what if.
- Predicciones y pronósticos.
- Simulaciones.
3. Selección de la tecnología adecuada:
- Simplificar los procesos reduciendo hand-offs, aprobaciones y automatizando los pasos del proceso.
- Agilizar la gestión de excepciones, reduciéndolas en número y ganando en capacidad y autonomía de gestión.
- Reducir la complejidad de los sistemas / aplicaciones, mejorando los flujos de trabajo y partiendo de interfaces estándar que reduzcan también el número de aplicaciones de middleware necesarias.
Fuente: Diario del Exportador