Clasificación Arancelaria: El punto de partida en toda operación aduanera

La información clave para una clasificación correcta

Si trabajas en comercio exterior, ya sabes que todo empieza por una buena clasificación arancelaria.
Pero aquí va la verdad: aunque es el paso más básico, sigue siendo donde más se equivocan muchas empresas… y esos errores cuestan caro.

No se trata solo de “poner un número”.

La clasificación arancelaria es la llave que determina los impuestos, permisos, regulaciones, tiempos y riesgos de cualquier importación o exportación. Si clasificas mal, lo demás se cae.

¿Qué es la clasificación arancelaria?

La fracción arancelaria es el código numérico que se asigna a cada mercancía según el Sistema Armonizado (SA), adoptado por México a través de la TIGIE (Tarifa de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación).
Cada fracción describe de forma específica qué tipo de producto es, y determina qué trato fiscal y regulatorio recibirá.

Ese código lo usas en el pedimento, en facturas, y prácticamente en toda la documentación aduanera.

Fundamento jurídico esencial

  • Ley Aduanera, artículo 47: establece que la autoridad puede verificar y, en su caso, modificar la fracción arancelaria declarada.
  • Reglas Generales y Complementarias de la TIGIE: guían el proceso de clasificación según las características del producto.
  • Ley de Comercio Exterior, artículo 4: da facultad para establecer regulaciones y restricciones a ciertas fracciones arancelarias.
  • RGCE y Anexo 22: indican cómo declarar la fracción en el pedimento y qué documentos deben acompañarla.

En resumen, clasificar bien es una obligación legal. Y no hay excusas: si te equivocas, hay consecuencias.

¿Qué necesito para clasificar correctamente una mercancía?

Aquí viene la parte clave.
No puedes clasificar bien si no tienes información técnica precisa.
No basta con saber “es una máquina”, “es ropa”, o “es químico”.


Necesitas reunir estos elementos:

1. Descripción comercial y técnica detallada

  • ¿Qué es exactamente el producto?
  • ¿Cómo funciona?
  • ¿Para qué sirve?
  • ¿En qué industria se usa?

Ejemplo: No es lo mismo decir “bomba” que especificar “bomba centrífuga para agua con motor integrado de 1.5 HP, para uso agrícola”.

2. Composición o materiales

  • ¿Está hecho de qué material?
  • ¿Es una mezcla o compuesto?
  • ¿Qué porcentaje de cada componente tiene?

Esto es vital en textiles, químicos, productos plásticos, metales y alimentos.

3. Función o uso principal

La clasificación cambia dependiendo del uso previsto. Por ejemplo, una tela puede clasificarse diferente si es para confección, para filtración industrial o para decoración.

4. Presentación y estado físico

  • ¿Viene en polvo, líquido, pastilla, unidad armada, desarmada, a granel, empacada?
  • ¿Está montado o desmontado?

Esto afecta muchas fracciones, especialmente en maquinaria.

5. Ficha técnica, catálogo o manual del producto

Idealmente en PDF. Es tu mejor defensa técnica si la autoridad cuestiona la clasificación.
No esperes a que te lo pidan: tenlo listo desde el inicio.

6. Normas internacionales o código HS del país de origen

Ayuda mucho ver cómo lo clasifica el proveedor en origen (aunque eso no es vinculante en México).
Aún mejor si tienes una factura proforma o certificado de origen con HS Code declarado.


¿Qué pasa si clasificas mal?

  • Multas y créditos fiscales: La autoridad puede reclasificar y cobrarte impuestos omitidos, más actualizaciones, recargos y multas.
  • Retención de mercancía en aduana: Si la fracción requiere permisos (como COFEPRIS, SEMARNAT o SEDENA), y no lo sabías por clasificar mal, tu carga se queda detenida.
  • Suspensión del padrón de importadores: En casos graves o reincidentes.
  • Problemas con proveedores, clientes y logística: Por retrasos, gastos inesperados o devoluciones.

Recomendaciones clave para hacerlo bien

✔️ Reúne la información técnica antes de hacer el pedimento. No improvises.

✔️ Consulta con un clasificador profesional, especialmente para mercancías con doble uso, compuestas o con funciones múltiples.

✔️ Apóyate en herramientas como el T-MEC, TARIC de la UE y aranceles de otros países para buscar equivalencias.

✔️ Guarda y respalda la ficha técnica de cada producto clasificado. Eso te protege ante auditorías.

✔️ Haz auditorías internas de clasificación: muchas empresas cometen el mismo error durante meses sin darse cuenta.

✔️ Considera la opción de una consulta anticipada ante la autoridad si el producto es nuevo, complejo o de alta sensibilidad (Artículo 48 de la Ley Aduanera).


Conclusión

Clasificar correctamente una mercancía no es solo un trámite: es el primer paso para evitar errores costosos en toda operación aduanera. Contar con la información técnica adecuada y entender el marco legal aplicable te protege frente a sanciones, retrasos y riesgos fiscales. No dejes tu clasificación al azar. Invierte en conocimiento y asegura tus operaciones desde el inicio.


¿Estás listo para dejar de adivinar fracciones arancelarias?

La clase especializada en Clasificación Arancelaria se llevará a cabo el 19 y 20 de junio de 2025, y está diseñada para profesionales que quieren dominar esta herramienta clave del comercio exterior.

¡Reserva tu lugar hoy mismo!

https://www.trademasters.com.mx/courses/programa-para-ejecutivos-aduaneros

¡No dejes pasar esta oportunidad de actualizar tus conocimientos con expertos!


¿Necesitas asesoría?

Contacta a nuestros especialistas al 55 4632 2870 por teléfono o whatsapp.