Ninguna empresa es autosuficiente. Ante este hecho, una compañía está altamente expuesta a relacionarse con otras que, en vez de apoyar su crecimiento, podrían convertirse en el detonante de su propia destrucción.
El riesgo se encuentra latente cuando una empresa decide subcontratar los servicios de terceros en actividades relacionadas con la logística de su cadena de suministro, tales como el traslado de sus insumos o producto terminado, almacenaje, cierta maquila o manufactura, agencias aduanales (en el caso de actividades internacionales), entre otros.
Y sin saberlo -ya que en la mayoría de los casos no se investiga con quiénes se están relacionando-, dichos terceros podrían estar implicados en actos de corrupción o lavado de dinero, entre otras actividades ilícitas, que pueden perjudicar a las empresas que los contrataron.
“La corrupción en la cadena de suministro ha afectado a los grandes corporativos y la repercusión va más allá del dinero, es decir, la pérdida de la credibilidad de una empresa, la reputación de la misma, el desempleo que se genera de inmediato por caer en un antecedente de corrupción y, de la misma manera, las caídas en acciones que representa”, comentó a T21 Daniel Ortiz, Desarrollador de Negocios de LexisNexis Risk Solutions de México.
Ortiz prevé que este riesgo se incrementa aún más en empresas que participan en actividades de comercio exterior, al tener un mayor desconocimiento de las compañías que se contratan en el extranjero.
Esta firma, dedicada a la investigación y mitigación del riesgo entre las empresas, calcula que en el país se destinaron alrededor de 20 mil millones de dólares en 2015 en actos de corrupción. A su vez, LexisNexis suma en su “lista negra” a más de 100 mil empresas en México, entre personas físicas y morales, de las que aconseja no tener relaciones, y en todo el mundo localiza a más de 2.5 millones de ellas.
“Incluso, y muy relacionado al tema de logística, hay bases de datos que proveemos donde vienen los buques que se han prestado a transportar cosas ilícitas; entonces hay toda una lista, un boletín de empresas de proveedores de transportes con los cuales no debemos de involucrarnos”, dijo Ortiz.
Esta gran “lista negra” se alimenta de otras de anticorrupción y soborno, de personas políticamente expuestas; listas de autoridades como la PGR, PGJ, Secretaría de Hacienda; listas de sanciones que incluye al FBI, DEA, Interpol, CIA, y noticias en medios de comunicación.
Riesgo general
Esta situación de riesgo entre las empresas de estar expuestas por terceros es más que común en México. Según la encuesta Antisoborno y Corrupción: Enfrentando el desafío en la era de la globalización de KPMG, publicada recientemente, 5.5 empresas de cada 10 admitieron no identificar a los terceros de alto riesgo, a nivel mundial esta cifra baja a 3.4 de cada 10.
“El reto local es aún mayor, ya que sólo 48% de las compañías encuestadas en México cuenta con un programa formal de antisoborno y corrupción por escrito. Por otra parte, uno de los procesos clave en la identificación de terceros de alto riesgo es el proceso de alta de proveedores. Solo 32% de las compañías mexicanas encuestadas tienen un proceso formal de alta, mientras que a nivel global, el nivel es de 57%”, según KPMG.
Un proceso adecuado para mitigar el riesgo relacionado en corrupción en cadena de suministro es la investigación de terceros, algo que LexisNexis ha logrado introducir en poco más de mil clientes en México –en sectores como el financiero, químico, marítimo, transporte, aviación, retail, construcción, manufactura-, de los ocho mil que lo utilizan a nivel mundial.
Fuente: T21