El tomate rojo o jitomate es una de las hortalizas de mayor producción y consumo mundial, así como uno de los vegetales frescos que más se comercializan en el mercado internacional. Para este producto, el flujo comercial entre México y Estados Unidos es el más importante en el mundo.
De acuerdo con las estadísticas de comercio internacional de Naciones Unidas, México es el principal exportador de esta hortaliza, con una participación de 21% en las exportaciones mundiales, mientras que Estados Unidos es el mayor importador, con 25% de las importaciones globales.
En el 2018 México exportó 1.68 millones de toneladas de jitomate, de las cuales 99.7% se destinó al mercado estadounidense, según datos de la Secretaría de Economía. En tanto, de acuerdo con información del USDA, Estados Unidos importó 1.86 millones de toneladas de tomate fresco, de las cuales 91.1% fue abastecido con producto mexicano y el resto principalmente con tomate de origen canadiense.
En el 2018, la producción total de tomate en Estados Unidos se ubicó en 12.89 millones de toneladas; ésta se orienta a dos mercados diferenciados: el de consumo procesado, como puré o pasta, y salsa (90%), y el de consumo en fresco (10 por ciento). En el primer caso, la producción estadounidense es mayor al consumo nacional, y registra un saldo comercial superavitario. En el caso del tomate para consumo en fresco, ocurre lo contrario.
La producción de tomate para consumo fresco en Estados Unidos registra tendencia a la baja desde el 2002, debido principalmente a la reducción en la superficie destinada a este cultivo en los dos principales estados productores: Florida y California. En tanto, el consumo ha mantenido tendencia al alza, para ubicarse en un máximo histórico de 3.06 millones de toneladas en el 2018.
Con el fin de satisfacer los requerimientos del mercado, las importaciones han sido crecientes, con un volumen récord de 1.86 millones de toneladas.
Así, la participación de las importaciones netas en el consumo estadounidense ha crecido significativamente; en 1994 era de 12%, pasó a 27% en el 2002, 37% en el 2008, y 58% en el 2018.
Históricamente, México ha sido el principal abastecedor de las compras estadounidenses de tomate, y la participación del producto de origen mexicano en el consumo de ese país ha crecido considerablemente, al pasar de 19% en 1994 a 55% en el 2018.
Con un volumen de cosecha máximo histórico de 3.78 millones de toneladas en el 2018, México destinó al mercado estadounidense 44% de su producción, con un valor de más de 2,042 millones de dólares, según datos de la Secretaría de Economía.
Desde 1996, las exportaciones mexicanas de tomate para consumo en fresco a Estados Unidos han estado reguladas por el acuerdo de suspensión firmado entre el Departamento de Comercio de aquel país y los productores y exportadores mexicanos de esta hortaliza. El acuerdo suspendió la investigación antidumping iniciada hace 23 años en contra de las exportaciones de producto fresco de origen mexicano.
En la segunda parte de esta nota comentaré algunos aspectos relevantes sobre la evolución reciente del acuerdo de suspensión.
*Darío Gaucín es subdirector de Análisis del Sector en FIRA. La opinión es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.
Fuente: El Economista