La escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China amenaza el crecimiento global de 2019, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Un estudio publicado en el blog del organismo financiero reporta además que, producto de esta disputa comercial, Estados Unidos compensó con compras a México las importaciones que dejó de hacer a China por alrededor de 850 millones de dólares.
Los consumidores en la Unión Americana y el país oriental son inequívocamente los perdedores de las tensiones comerciales, señala el texto publicado en el blog del FMI y firmado por su economista en jefe, Gita Gopinath, en coautoría con Eugenio Cerutti y Adil Mohommad.
El análisis refuta directamente la afirmación del presidente Donald Trump de que los aranceles son pagados por China y generan una ganancia para la Unión Americana.
“Si bien el impacto en el crecimiento global es relativamente modesto en este momento, la escalada más reciente podría mermar significativamente la confianza de los negocios y los mercados financieros, interrumpir las cadenas de suministro globales y amenazar la proyectada recuperación del crecimiento mundial en 2019”, indicó el texto.
El aumento de los aranceles estadunidenses al 25 por ciento sobre las importaciones anuales chinas por valor de 200 mil millones de dólares el 10 de mayo, junto con la represalia china anunciada, marca la última escalada en las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, refiere el análisis.
El impacto de los aranceles impuestos previamente por Washington y las represalias posteriores de Pekín ya son evidentes en los datos comerciales; tanto los países directamente involucrados como sus socios comerciales se han visto afectados por el aumento de los aranceles, asevera.
En 2018, recuerda, Estados Unidos impuso aranceles secuencialmente en tres listas de productos de China, dirigiéndose primero a 34 mil millones de dólares en importaciones anuales, luego a 16 mil millones más y finalmente a 200 mil millones adicionales.
Como resultado, expone el FMI, las importaciones estadunidenses desde China han disminuido bastante en los tres grupos de productos a los que se aplicaron los aranceles.
En los casos en que hubo una demora entre el anuncio y la implementación de las tarifas, los expertos del FMI observaron un aumento en el crecimiento de las importaciones antes de las fechas de vigencia.
“Esto sugiere que los importadores se aprovisionaron antes de los aranceles, lo que explica la disminución más pronunciada de las importaciones a partir de entonces.
“Como China impuso aranceles de represalia, las exportaciones estadunidenses a China también disminuyeron. Si bien la dinámica de carga frontal no es evidente en este caso, el crecimiento de las exportaciones de Estados Unidos a China ha sido generalmente más débil desde que comenzaron las tensiones comerciales”, añade.
“Los consumidores en los Estados Unidos y China son inequívocamente los perdedores de las tensiones comerciales”, subraya la investigación, que recurrió a datos de la Oficina de Estadísticas Laborales sobre las importaciones procedentes de China, la cual concluye que los ingresos arancelarios recaudados han sido soportados casi en su totalidad por los importadores estadunidenses.
“Algunos de estos aranceles se han transferido a los consumidores estadunidenses, como los de las lavadoras, mientras que otros han sido absorbidos por empresas importadoras a través de menores márgenes de ganancia.
“Un aumento adicional en las tarifas probablemente será transferido de manera similar a los consumidores. Si bien el efecto directo sobre la inflación puede ser pequeño, podría llevar a efectos más amplios a través de un aumento en los precios de los competidores nacionales”, argumenta.
En cuanto al efecto en los productores, señala que es más variado, con algunos ganadores y muchos perdedores.
“Algunos productores estadounidenses y chinos de productos que compiten en los mercados nacionales con importaciones afectadas por aranceles, así como exportadores competidores de terceros países, son posibles ganadores.
“Sin embargo, los productores estadunidenses y chinos de los bienes afectados por los aranceles, así como los productores que utilizan esos bienes como insumos intermedios, son posibles perdedores”, considera.
Los analistas hacen notar que los datos bilaterales agregados de Estados Unidos sugieren que se ha producido una desviación del comercio, ya que la disminución de las importaciones procedentes de China parece haber sido compensada por un aumento de las importaciones de otros países.
“Por ejemplo, las importaciones estadunidenses desde México aumentaron significativamente entre algunos productos a los que Estados Unidos les impuso aranceles. Después de que se implementara la lista de 16 mil millones de dólares en agosto, una fuerte disminución de casi 850 millones en importaciones de China casi se vio compensada por un aumento de alrededor de 850 millones de México, dejando las importaciones generales de los Estados Unidos prácticamente sin cambios.
“Para otros países, como Japón, Corea y Canadá, se pueden observar aumentos más pequeños en las importaciones de Estados Unidos”, señalan los autores.
El impacto en los productores estadunidenses con una exposición significativa a los mercados chinos también se reflejó en las valoraciones del mercado de valores, considera el estudio.
“Por ejemplo, el desempeño de los precios de las acciones de las empresas estadounidenses con altas ventas a China tuvo un desempeño inferior al de las empresas estadounidenses expuestas a otros mercados internacionales, después de que se implementaron los aranceles vinculados a la lista de represalias de China por 34 mil millones de dólares.
“La brecha se redujo a principios de 2019 con la tregua comercial. Pero se reabrió nuevamente después de que el aumento de la tarifa en los Estados Unidos a 25 por ciento en la lista de 200 mil millones de dólares se anunció en Twitter”, afirman los economistas del FMI.
Respecto a los efectos macroeconómicos a nivel global, el impacto adicional de los nuevos aranceles anunciados y previstos recientemente por Estados Unidos y China, que se espera que se extiendan a todo el comercio entre esos países, restará alrededor del 0.3 por ciento del PIB mundial a corto plazo, y la mitad provendrá de negocios y mercados.
“El hecho de no resolver las diferencias comerciales y una mayor escalada en otras áreas, como la industria automotriz, que cubriría varios países, podría afectar aún más la confianza de las empresas y los mercados financieros, impactar negativamente en los diferenciales y las divisas de los bonos de los mercados emergentes, y frenar la inversión y el comercio.
“Además, las mayores barreras comerciales interrumpirían las cadenas de suministro globales y reducirían la expansión de las nuevas tecnologías, lo que en última instancia disminuiría la productividad y el bienestar global.
“Una mayor restricción de las importaciones también haría que los bienes de consumo comerciables sean menos asequibles, perjudicando a los hogares de bajos ingresos de manera desproporcionada.
“Este tipo de escenario es una de las razones por las que nos referimos a 2019 como un año delicado para la economía global”, concluye el análisis.
Fuente: Proceso