Nuestro país quiere ratificar el T-MEC antes de agosto, pero advierte que la política de cuotas de su vecino es un obstáculo.
México no podrá revalidar un nuevo acuerdo comercial con sus vecinos de América del Norte, si Estados Unidos (EU) no abandona los aranceles sobre el acero y el aluminio que impuso el año pasado, dijo Jesús Seade, subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México y veterano negociador comercial.
Si no se eliminan los aranceles, la ratificación de un acuerdo que reemplace al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se retrasaría, mencionó Seade, quien se reunió en Washington con el zar del comercio de EU, Robert Lighthizer, el jueves y viernes pasado, mientras intentan resolver un punto muerto que amenaza con congelar el acuerdo entre EU, México y Canadá durante meses o incluso años.
El T-MEC, acuerdo firmado por los líderes de los países involucrados, regiría el comercio trilateral con valor de 1.2 miles de millones de dólares (mdd) anualmente. Chuck Grassley, presidente del Comité de Finanzas en el Senado de EU, escribió recientemente en un artículo en el Wall Street Journal: “Si no se levantan estos aranceles, el T-MEC está muerto”.
Canadá también ejerce presión para poner fin a los aranceles que Trump anunció el año pasado, cuando gravó con 25% al acero importado y 10 % al aluminio. Los demócratas en el Congreso de EU pidieron mejorar los derechos laborales en México como una condición previa para discutir el T-MEC, que aún no se ratifica en ninguno de los tres países. Seade insistió en que la extensa ley de Reforma Laboral que se votó en el Senado mexicano la semana pasada, significaba que el país cumplió totalmente con su parte del trato, lo que deja el asunto de los aranceles como el mayor obstáculo pendiente hasta ahora. La reforma laboral busca poner fin a décadas de prácticas sindicales opacas, para garantizar la libertad de asociación y permitir a los trabajadores votar a través del sufragio secreto. Ahora, dicha iniciativa está en la mesa del presidente Andrés Manuel López Obrador para que se promulgue como ley.
Algunos demócratas y los sindicatos estadounidenses y canadienses temen que las nuevas reglas no se apliquen con firmeza. Pero Seade insistió en que el gobierno de izquierda de López Obrador abrazó por completo las preocupaciones de EU sobre las cuestiones laborales.
“Queremos ir en la dirección que necesitan que tomemos”, dijo el funcionario. “Esto es fundamental para la plataforma política de López Obrador”.
Agregó: “Lo que es frustrante es la falta de apreciación de la escala de los cambios laborales. Es muy difícil imaginar qué otra cosa podría haberse hecho. No falta nada en el libro de mejores prácticas de la Organización Internacional del Trabajo”.
Además, el subsecretario dijo que tiene optimismo de que será posible alcanzar un acuerdo sobre los aranceles.
“Sé que Lighthizer apoya completamente la negociación y la solución al problema del acero”, comentó.
México quiere que el T-MEC se ratifique antes de que el Congreso de EU entre en receso en agosto, y Seade dijo que sería un error si se retrasara hasta después de las elecciones presidenciales en ese país, en noviembre de 2020. Nancy Pelosi, la principal demócrata en el Congreso, ha estado sopesando el costo político de darle a Trump una victoria legislativa por la ratificación del T-MEC, antes de su candidatura a la reelección presidencial en 2020.
Mientras que Trump criticó el TLCAN y lo calificó como el “peor acuerdo de la historia”, los funcionarios estadounidenses consideran al acuerdo como un modelo para futuros tratados comerciales, que conducirán a un aumento de los salarios de los estadounidenses, mejores derechos de los trabajadores y una mejor protección de la propiedad intelectual. Seade volverá a Washington esta semana con la esperanza de reunirse con Wilbur Ross, secretario de Comercio de EU, mientras busca resolver otra disputa comercial por las exportaciones de tomate de México, con valor de más de 2,000 mdd.
Presionado por la poderosa industria del tomate de Florida y los políticos republicanos en un estado clave para las elecciones, EU dijo en febrero que iba a reiniciar una investigación antidumping sobre la industria del tomate en México el 7 de mayo, que quedó en pausa desde 1996. Seade dijo que no vio ningún tipo de acuerdo en la forma en que México cedió ante las demandas de los productores de tomate de Florida, a cambio de que se levantaran los aranceles sobre el acero. Pero viajará a Washington con funcionarios de la industria del tomate y el gobernador del estado de Sinaloa, una de las principales regiones productoras de México. Gracias al narcotraficante en prisión, Joaquín El Chapo Guzmán, el estado también es conocido por otro tipo de exportaciones.
“Básicamente, queremos preguntarles: ¿Quieren que les enviemos tomates o narcóticos?”, dijo Seade.
Fuente: Milenio