Los agentes aduanales (unos 840) que operan en el país trabajan para modernizar y actualizar sus procesos de cara a 2030, a fin de estrenar un modelo de “aduanas invisibles”.
“Se trata de un modelo que estamos trabajando en una Mesa de Competitividad y Modernización de Aduanas donde estamos nosotros, con el SAT, organismos empresariales y dependencias de gobierno como PGR y SHCP delineando la mejor manera de agilizar el tránsito de mercancías sin riesgo, con tecnología de punta y automatización de entrada y salida de productos”, explica José Antonio Vidales Flores, presidente de la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de la República Mexicana (Caaarem).
Uno de los proyectos que trae este organismo es el PITA: Proyecto de Integración Tecnológica Aduanera, un sistema para acelerar el movimiento de carga de importación y exportación. “Hoy ya no se revisan a todos los embarques, sino que creamos un modelo de riesgo (con base en Big Data) que aumentó en 32% la eficiencia en las revisiones y le redujo muchos costos y tiempo a las aduanas”, abunda Vidales.
Las 49 aduanas son sin duda una fuente inmensa de información, solo que ahora se comparte, se analiza, se hacen cruces de datos y —casi como las alertas de su tarjeta de crédito cuando nota una anomalía— se registran solo los cargamentos que salen de los patrones de operación. Se trata de modelos de análisis de riesgo que combinan rutas/clientes/vendedores/tipo de producto/puertos de entrada y salida/frecuencia/montos, etcétera. “Con estos datos se crean patrones para que se evite revisar carga por carga o, como se hacía hasta hace tres años solo se revisaban aleatoriamente las cargas, lo cual era absolutamente improductivo y peligroso”, refiere el funcionario. Con este sistema no solo se detectan anomalías de seguridad (como tráfico de drogas) sino también dumping —precios subvaluados— de productos. Y este cruce de datos con inteligencia intrínseca ha dado sus resultados. Solo el año pasado se redujo el ingreso de 96% de productos del sector del vestido con precio subvaluado, 95% del textil y 28% de calzado.
Fuente: Síntesis de Prensa CAAAREM