China es la principal potencia exportadora del mundo, realizando ventas al exterior por un valor de 2.15 billones de dólares en el año 2015.
Lamentablemente éstas las realiza, en buena medida, recurriendo a prácticas desleales de comercio internacional como el dumping (ventas por debajo de costo de producción o del precio en el que sus empresas venden en el mercado local) y a través del otorgamiento de subsidios.
Esta política, además de la falta de acciones contundentes por parte de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para sancionar a China, le ha permitido al gigante asiático depredar mercados en prácticamente todos los rincones del planeta, aumentar su producción y empleo, pero a costa de generar desempleo en otros países, incluido México.
Con esto en mente, se debe destacar que el pasado 14 de abril recibimos una buena noticia ya que se informó que, derivado de una queja que presentó hace un año Estados Unidos ante la OMC, China concluyó un programa de incentivos que subsidiaba las exportaciones de pequeñas empresas. Este programa beneficiaba a siete industrias (textiles, industria ligera, químicos especializados, productos médicos, hardware, agricultura y materiales, y metales avanzados) y le daba a las empresas una ventaja crucial en el costo de sus exportaciones contraviniendo las disposiciones de dicho organismo internacional.
Funcionarios estadounidenses estiman que dicho programa erogó cerca de mil millones de dólares durante un plazo de tres años; y el mecanismo cómo funcionaba era que diversos proveedores brindaban servicios gratis o con descuento a empresas chinas a través de “plataformas de servicios comunes” en 200 “bases de demostración” en donde se ubicaban las empresas exportadoras.
Si bien la cancelación de este programa de incentivos es un paso en la dirección correcta para un comercio internacional más justo, no se debe dejar de lado que China efectivamente continua subsidiando con miles de millones de dólares las exportaciones de su sector manufacturero.
Esto lo hace a través de apoyos que otorga a empresas de propiedad estatal; financiamiento, terrenos y electricidad con costo preferencial; pagos en efectivo que otorgan los gobiernos locales; entre otros. Esto le ha valido que la administración del presidente estadounidense Barack Obama le haya iniciado 11 casos ante la OMC en contra de sus prácticas comerciales.
Es importante destacar que Estados Unidos ha sido un férreo crítico de las prácticas desleales de comercio internacional que realiza China, y como no va a ser así si en el año 2015 nuestro vecino del norte le exportó a China mercancías por 116.186 miles de millones de dólares (mmdd) e importó desde dicha nación bienes por 481.880 mmdd, lo que le provocó un déficit en su balanza comercial con el gigante asiático de 365.694 mmdd.
Dado todo lo anterior, y el hecho de que las políticas comerciales de China también nos afectan, cabe preguntarse ¿Qué ha hecho el gobierno mexicano para remediar las prácticas desleales de comercio por parte de China? Antes de responder esta pregunta vale la pena mencionar que las exportaciones de China a Estados Unidos son 3.14 veces más altas que las de Estados Unidos a China; y en el caso de México la diferencia de lo que nos exporta China en relación a lo que nosotros les vendemos es de 13.32 veces a una. Es decir, estamos mucho peor que Estados Unidos, lo que nos debería hacer pensar que el gobierno mexicano hace hasta lo imposible por poner remedio a esta situación, pero la realidad es que no hace prácticamente nada al respecto.
Muestra de lo anterior es que nuestro desequilibrio comercial con China va de mal en peor. En el año 2012 nuestro déficit en la balanza comercial con China fue de -51.215 mmdd, en 2013 fue de -54.852 mmdd, en 2014 fue de -60.291 mmdd y en 2015 llegó a -65.102 mmdd.
Esto implica que de 2012 a 2015 el desequilibrio comercial de México con China se amplió en 27.1 por ciento. ¿Y cómo vamos en el primer bimestre de 2016? Pues claro que mal, ya que en dicho periodo nuestras exportaciones a China han disminuido 8.2% a tasa anual, mientras que nuestras importaciones provenientes de dicha nación han crecido en 6.9%, lo que ocasionó que pasáramos de tener un déficit comercial con China de 9.154 mmdd en el primer bimestre de 2015 a uno de 9.906 mmdd en el mismo bimestre de 2016. Desde luego que estas cifras no incluyen subvaluación de mercancías en las aduanas del país, ni tampoco el contrabando técnico y bronco; de lo contrario las cifras serían aún más escandalosas.
Retomando el tema de lo que hace el gobierno mexicano para remediar las prácticas desleales de comercio internacional por parte de China, puedo señalar que las acciones son muy limitadas ya que la Unidad de Prácticas Comerciales Internacionales (UPCI), dependiente de la Secretaría de Economía, continúa siendo extremadamente exigente en el armado de un expediente (es más demandante que la propia OMC), solicitando a las industrias afectadas pruebas de daño prácticamente imposibles de cumplir como el tener de las empresas estados de resultados y financieros por línea de producto (¿imaginan lo que esto implica para industrias atomizadas y con tanta variedad de productos como textil, vestido y calzado?). Se debe reconocer que solamente en unos pocos sectores como manzanas y acero hay avances en la UPCI, pero para todos los demás sectores es prácticamente imposible armar un caso.
Ahora, en el tema de quejas o disputas ante la OMC, tenemos que desde que nació ésta hasta noviembre de 2015, México ha participado en 37, de las cuales 23 fueron como querellante y 14 como demandado; los más recientes casos como querellante fueron por el etiquetado COOL que exige Estados Unidos a las importaciones de cárnicos, y en temas como el transporte de carga o el acceso al atún mexicano a Estados Unidos. Pero en materia de prácticas desleales de comercio por parte de China, pues no hay nada destacable.
¿Por qué el gobierno mexicano no se suma a las quejas que ha interpuesto Estados Unidos en contra de China en la OMC? No sabemos la razón, pero si es de dar vergüenza que el gobierno federal prácticamente se quede cruzado de brazos viendo como año con año la relación comercial con China empeora en perjuicio de la planta productiva nacional y del empleo.
Alguien pudiera argumentar que no se quieren pelear con China porque probablemente les interesa atraer inversión extranjera de dicha nación, pero la realidad es que ni siquiera hemos sido efectivos en eso, y muestra de lo anterior es que de acuerdo a la Dirección General de Inversión Extranjera de la Secretaría de Economía, de 2012 a 2015 la inversión extranjera directa de China en México suma apenas 197.1 millones de dólares (mdd), y se debe destacar que en 2015 recibimos la más baja llegando a tan sólo 27.1 mdd
Dado todo lo anterior lo que sería bueno es que México sea más proactivo en defensa de la industria nacional en contra de China. Se debería replantear la forma de trabajar de la UPCI y nos deberíamos sumar a las demás naciones que se han quejado contra China en la OMC por prácticas desleales de comercio. Esto es fundamental ya que en diciembre de 2016 China obtendrá el estatus de economía de mercado ante la OMC, y si ahora es complicado demostrar daño, pues a partir de 2017 será aún peor, por lo que valdría la pena que nuestro país se sume a otros que han comenzado a exigirle a la OMC que no le otorgue dicho estatus hasta que no demuestre plenamente que ha dejado atrás las prácticas desleales de comercio.
Fuente: El Financiero